Desde hace años se ha tratado de desarrollar un modo eficaz para la evaluación de los logros de los estudiantes en los entornos virtuales, cómo valorar las competencias y habilidades desarrolladas al concluir el proceso formativo.  Las grandes interrogantes serían: ¿cuáles son las técnicas que se utilizan en la enseñanza virtual para evaluar?, ¿cómo aprende el alumno esas técnicas?

 

La evaluación del aprendizaje en el ambiente virtual debe ser un proceso sistemático y continuo que obliga al docente  a revisar el modelo pedagógico que sustenta su actividad formativa.  Se precisa seleccionar estrategias y herramientas operativas que permitan constatar la evolución y el progreso real alcanzado por los estudiantes.  La calidad del proceso recae en fortalecer la relación docente-alumno, donde el alumno participe en las actividades académicas aportando actividades de trabajo individuales, colectivas y donde el proceso de evaluación está inmerso de principio a fin.

 

Los principios que deben regir la evaluación en los ambientes virtuales al igual que en los ambientes presenciales son: confiabilidad, validez, objetividad y autenticidad.

 

La evaluación en los entornos virtuales entraña ciertas peculiaridades debido a que el aprendizaje está mediado por herramientas tecnológicas e implica un alto grado de incertidumbre, por ejemplo, los estudiantes temen encontrarse solos, los materiales son digitales, las actividades no implican interacción presencial, las herramientas de comunicación son novedosas, etc.  Por otro lado posibilita el desarrollo de nuevas formas de evaluación y su integración con otras actividades del aprendizaje, proporcionando mayores oportunidades para practicar los conocimientos y destrezas adquiridos.

 

El proceso de evaluación se encuentra entonces condicionado por dos aspectos distintos:

 

• los relacionados con el propio aprendiz

• los vinculados a la asignatura

 

Una evaluación positiva en prácticas formativas virtuales implica un proceso de autorregulación del aprendizaje por parte del estudiante, la adopción de técnicas y estrategias apropiadas y sistemáticas para seguir el ritmo y cumplir con el calendario de entrega de actividades y participación en las dinámicas contempladas.

 

Aprender en un entorno virtual significa una reelaboración del contenido mediado por la estructura cognitiva del aprendiz.  Es un proceso de reconstrucción personal del contenido, una actividad mental constructiva que incide en la calidad del aprendizaje. 

 

Propiciar el aprendizaje en un entorno virtual no es simplemente presentar información o plantear tareas a realizar.  Es esencialmente seguir de manera continuada el proceso de aprendizaje del estudiante, ofreciéndole los apoyos y soportes necesarios. Un entorno virtual debe disponer de herramientas de trabajo en equipo para el aprendizaje y la construcción de conocimiento, no solo como herramientas de comunicación.

 

La calidad de un entorno virtual de enseñanza aprendizaje no está en las herramientas técnicas de que dispone, en los materiales que incluye o en las actividades de aprendizaje que plantea a los alumnos, sino en la manera en que esas herramientas, materiales y actividades se combinan y se ponen en juego para promover que estudiantes y profesores se impliquen de manera conjunta.

 

La estructura de los entornos virtuales proporciona áreas de aprendizaje de las que se debe obtener información, éstas son: comunicación, contenidos, información y recursos.  Si el entorno se organiza con respecto a esas áreas, será necesario decidir qué actividades de las que se realizan son objeto de evaluación.

 

En el área de la comunicación se diseñan y utilizan herramientas con la finalidad de facilitar las relaciones entre los implicados.  Aquí hay dos tipos de destrezas: dominar técnicamente el uso de los entornos virtuales y establecer relaciones entre los docentes y los otros estudiantes.  Su evaluación debe recoger información cualitativa y cuantitativa.  Las herramientas más habituales son: el correo, debates, el uso del foro de discusión, el uso del chat, uso de redes sociales, etc.

 

En el área de Contenido lo que se necesitan son pautas que permitan su análisis, categorización y criterios de validez/fiabilidad.  Algunos indicadores que proporcionan información al respecto son:

 

• el uso temático que hace el estudiante con la documentación relevante suministrada (material de apoyo y auxiliar a la bibliografía presentada, actividades prácticas, videoconferencias, etc.)

• su visita y participación a la cartelera virtual donde se exponen los trabajos

• su investigación sobre el objeto de estudio sugerido (listado de páginas web)

• las realizaciones que se pidan para evaluar: actividades de autoevaluación, test y otras a ser corregidas por el profesor

 

El área de información y gestión tiene que ver con el cumplimiento de las tareas, compromiso y el ritmo con el que ha ido desarrollando su actividad formativa.  Una destreza muy importante es el desarrollo autónomo.  Como indicadores se pueden usar:

 

• las visitas al sitio para mantenerse informado

• cumplimiento de la guía de actividades

• realización de encuestas para enriquecer el intercambio y la marcha de la propuesta de aprendizaje

 

El área de  Recursos tiene que ver con el voluminoso y muchas veces complicado mundo de accesibilidad de la información.  Ese manejo es una habilidad a desarrollar por parte del estudiante.  Algunos indicadores son:

 

• los espacios para subir y bajar archivos (el alumno envía al profesor trabajos realizados y los recibe corregidos)

• destrezas en relación con los recursos informáticos: programas,

• consulta de manual de ayuda para el manejo de todos los recursos del aula virtual

 

La evaluación necesita adoptar diferentes formatos para obtener información relevante sobre el progreso en el aprendizaje, entre ellas destaca el e-portafolio.  En él la evaluación se concreta a partir de la creación de una carpeta individual donde cada estudiante va introduciendo los trabajos realizados, permitiendo determinar su evolución formativa.  Es una herramienta versátil que proporciona al docente una visión amplia y profunda de las competencias adquiridas, cómo gestionaron la información y los conocimientos para aplicarlos a diferentes situaciones.

 

Finalmente, se resaltan tres grandes cambios que la tecnología ha aportado en el contexto de la evaluación:

• La Evaluación automática: se puede ofrecer a los alumnos respuestas y correcciones inmediatas.  Por ejemplo las pruebas electrónicas tipo test.

• La Evaluación de tipo enciclopédico, en referencia al cúmulo de contenidos que se manejan de una fuente más compleja o de diferentes fuentes.  Por ejemplo los trabajos monográficos de ensayo sobre una temática específica.

• La Evaluación colaborativa: la tecnología asiste en relación con proceso colaborativos.  Por ejemplo los debates virtuales, los foros de conversación y los grupos de trabajo.